De Valencia a Alcorcón pasando por Alba, mucho más qued 10km
por Juan Bueno “Colorao”
10km de Valencia
Valencia se presentaba como el lugar elegido para obtener una marca reseñable en 10000 y para superar mi mejor marca de 31:29. A nivel del mar y en un circuito totalmente plano y en el marco de la Maratón de Valencia al que acudían también mi hermano Rober y Gabi y Manolo. En definitiva, el escenario perfecto.
Los entrenamientos para la cita no es que estuvieran saliendo muy allá, pero me pasa otras muchas veces. Al entrenar sobre un terreno de tierra, con bastante arena, agua y poca luz, las sensaciones no suelen ser muchas veces las de “ir rápido”. Sin embargo, una semana antes de los 10km, tuve la suerte de poder competir en el Cross de Atapuerca. Y la verdad es que me salió perfecto y sin forzar al máximo. Conseguí hacer 9600 metros a una media de 3:10. Esto quería decir que, a poco que estuviera igual de bien en Valencia, iba a bajar mi mejor marca (3:09 de media). No sabía cuanto podía conseguir, pero veía factible arrimarme al 31′.
Pues bien, el sábado salimos desde Madrid hacia valencia un coche completo con los miembros que antes mencioné. Fui un día tranquilo, de ambiente totalmente atlético. No voy a contar mucho al respecto, pues otros compañeros míos ya han comentado con más detalles nuestra estancia en sus crónicas. Sólo reseñar, la ilusión que hace que incluso en Valencia nos conocían en un par de Stands: En el de la Media Maratón de Santa Pola, donde se ve que dejamos marca este año cuando participamos en su carrera y en el stand del club local “Correcaminos”, donde su presidente (creo) era de la provincia de Salamanca.
El día de la carrera salimos sobre las 7:30 hacía el marco incomparable donde tenía lugar la salida y meta, en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Tras las idas y venidas al baño previas a la carrera, con su café correspondiente, nos dirigimos hacía la salida. Tuve que despedirme demasiado pronto de mis compañeros del Club, fue una pena no haber calentado un poco juntos, pero cada carrera tenía su salida en un sitio diferente. Ese día estaba muy tranquilo. Calenté más que nunca yo creo, pero sin forzar claro. Y cuando quedaban 5 minutos me presenté en la salida. Al tener un dorsal amarillo, no tuve problemas para conseguir un buen sitio.
Al darse la salida, sonó una estrepitosa traca. Me gustó mucho ese detalle. Y después de los primeros metros, se forma un grupo numeroso de unos 20 atletas, entre ellos dos negros que están en la mitad del grupo. Yo voy bien, cómodo, detrás de ellos. Sobre el km 2.5 los negros pegan un tirón y un grupo se va con ellos. Yo decido ir a mi ritmo. Había pensando en salir un poco conservador, ya que en Barcelona pagué demasiado el salir demasiado fuerte. Además, el gps me indicaba que íbamos a un ritmo extraordinario. El problema, es que en el grupo en el que estaba nadie se decidió a tirar y tuve que ser yo el que tomara la iniciativa. No me importó la circunstancia, y con tranquilidad, tomé el mando del grupito. Seguía cómodo, quizás demasiado… pero el gps me decía que íbamos a un ritmo de 3:06. El chasco me llega en el km 5, cuando miro el tiempo y me marcaba 15:42. En ese momento se encienden las alarmas…
¿Que estaba pasando? El GPS que tanto me ha dado en ese momento se había vuelto loco y por la razón que fuera me estaba indicando que iba a un ritmo más rápido de lo que en realidad iba. Ya decía yo que iba cómodo… Pasado el km 5, crece la tensión. Se forma un grupo de unos 4 atletas que habían venido de menos a más y tiran de él. Yo me coloco en segunda posición y con los nervios me dedico más a amenazar a otro corredor que quería posicionarse mejor, diciéndole en más de una ocasión que si se colocaba delante de mi se iba a caer, pues no había sitio y yo no le iba a dejar meterse. ¿Que ganaba yo con eso? Pues nada, más bien seguir pensando en otra cosa que no fuera la carrera. Sabía que tenía que llegar el momento en el que intentara irme de ese grupo, intentar quitar tiempo al tiempo. Por lo que sea, quería retrasarlo al máximo, como si no quisiera sufrir. Tal es el caso, que no di yo ese paso, sino mis compañeros de grupo. Entonces me dedique a intentar seguirles. Su ritmo ya era lo suficientemente alto como para pasar ciertos apuros.
Pasado el 8 se van yendo poco a poco. Ahí es cuando en realidad empiezo a sufrir. La entrada en la zona de meta para mi no fue nada especial, más bien todo lo contrario. Ya era consciente de que lo cosa no estaba saliendo bien y aunque en la primera parte casi no me esforcé, la realidad es que entre sufriendo mucho. En un último sprint en la zona de meta, por mantener mi posición, también acabé siendo superado. Cruzo la linea de meta, miro el reloj y una gran desilusión se me cae encima.
Los momentos posteriores a la llegada, me los tomo con tranquilidad. Como si estuviera perdido, sin saber donde ir. Hablo con varios corredores, como intentando desahogarme. Entre ellos un corredor del club local, pero que es de Salamanca y que conoce a Álvaro Pasan. Después de la carrera pude compartir un buen rato con él mientras esperaba la llegada a meta de mi hermano en la Maratón. Justo al salir de la zona vallada, se me cruzan por la cabeza todos los entrenamientos realizados, todo el esfuerzo y casi se me salta alguna lágrima. Pero un nueva ilusión se me cruzó en mi cabeza. Todo no estaba perdido, a mi las cosas no me habían salido, pero mi hermano aún podía conseguir una gran marca en Maratón, al igual que el resto de compañeros que estaban corriéndola. Así que me marcho rápido al coche, me cambió y olvido todo lo pasado. Es mejor ser positivo, ver el lado bueno de las cosas. Es algo que he aprendido muy bien y de las cosas más positivas que me ha dado el atletismo.
Se da la salida y tomo la iniciativa desde el principio. En la carrera de Alba había recuperado confianza y aunque tuve dudas de ir o no finalmente a Alcorcón, me presentaba allí con muchas ganas y de no cometer los errores de Valencia. No perder la tensión en ningún momento de la carrera. De momento la cosa empezaba bien, pues no llevaba el gps “mentiroso”, me tenía que guiar por suerte de los tiempos exactos del Casio de parleta.
Tarde unos 500 metros en quedarme sólo y así ya toda la carrera. La situación no me gustaba mucho, de nuevo tenía que correr sin nadie que me arropara un poco en las primeras posiciones, pero bueno. Era lo que había… Antes de los 2km veo a mi tío Cesar y al hermano de Braulio. En aquel centro comercial de Madrid, con casi nadie de público, era la leche escuchar tantos gritos de ánimo al pasar por el punto en el que estaban y que, al tratarse de un circuito de 2 vueltas enrevesado, lo haría varias veces.
El Circuito sólo tenía un pequeño repecho en cada vuelta, pero lo peor eran 3 giros de 180º que te obligaban prácticamente a parar… A un así, los tiempos iban saliendo aunque no recuerdo bien los tiempos de paso… En la segunda vuelta, cuando empece a doblar a gente, recibí muchos ánimos de los corredores que pasaba e incluso de mi amigo parleta que me veía a lo lejos. Aunque sacaba bastante al segundo, no afloje en ningún momento y entre en aquella desangelada meta apretando los dientes como podía con un tiempo de 31:17 donde me esperaban mi tío Cesar, el hermano de Braulio y mi padre. Estaba muy contento. Quizás si el circuito hubiera tenido menos giros y hubiera estado acompañado en alguna parte de la carrera, podría haber bajado un poco más el tiempo, pero me queda el lado positivo de que cuando vuelva a intentar bajar mi marca al año que viene, será más fácil conseguirlo.
Tras rodar un poco para descalentar, esperamos todos juntos a la entrega de premios. El sol acompañaba y nos animamos a hacer unas fotos para el recuerdo con toda la cuadrilla de Macotera. Una vez más un gran viaje y está vez sí, acompañado por una gran carrera que terminamos mi padre y yo en casa de mi tío desayunando unos huevos fritos en casa de mi tío de Cesar.
Y de aquí al próximo año, ya no queda nada, pero sí alguna carrera. Noviembre ha sido un mes muy ajetreado en cuanto a carreras se refiere y no he descansado ningún fin de semana. Será por eso que la pasada semana me entró un fuerte dolor en la cadera, que parece ser al final el tendón de la fascia lata que aún hoy, me sigue molestando y que me hizo perderme la carrera de Guijuelo. Aunque haya tenido que saltar entrenamientos y bajar la intensisad, intentaré participar “con lo puesto” en las carreras navideñas que salgan. Entre ellas, la más importante, la San Silvestre Salmantina, donde nunca he conseguido hacer un gran papel y sin embargo es una de las que más repercusión tienen. Intentaré no salir tan fuerte como suelo hacer otros años y, con la experiencia que tengo y la calidad de los entrenamientos pasados que no se van de un día para otro, meterme entre los 10 primeros. Puede parecer un objetivo muy poco ambicioso, pero el nivel siempre es muy alto y, en estos días de Navidad de turrón y polvorones, para mi siempre ha sido muy difícil competir bien. De hecho, nunca antes lo he conseguido. Pero este año, lo conseguiré!
Y como la San Silvestre cae este año casi en el día que la da nombre y da paso al 2013, no creo que me de tiempo a escribir nada nuevo hasta el próximo año. Así que aprovecho para desearos a todos unos felices días en falimia y amigos y la voluntad e ilusión de ir hilando un 2013 mejor y más intenso que el anterior rodeado de todos los nuestros.
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