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Hace ya mucho tiempo que perdí la buena costumbre de escribir la crónica de la carrera de la semana. Será que por eso esta mañana ya me imaginé con la taza de café escribiendo la crónica mientras escuchara la lluvia caer. Y aquí estoy, aunque no es lluvia lo que veo a través de la ventana, al final salió el sol. Aquí, en Galicia, también sale el sol después de la tormenta.

sada4Esta mañana corrí la V carrera del Agua de Sada, una localidad a unos 15 km de Coruña donde TODOS los ingresos de la carrera iban destinados a Unicef.

No son muchas las carreras que he corrido por Galicia desde que vinimos en Abril. Me estoy tomando con mucha tranquilidad los entrenamientos, las carreras. Creo que he corrido demasiados kilómetros día a día, he conseguido muchos éxitos que jamás hubiera imaginado y a la cabeza le cuesta tirar del carro de huesos y carne que la sostienen cada vez más.

La vida sigue con nuevos retos y aunque correr sigue formando parte de la misma, lo llevo con más filosofía. Ahora, medio año después de estar en Coruña me voy encontrando mejor en el trabajo, con nuevas amistades, con nuevas oportunidades para mi novia Olalla y juntos aquí seguimos, contra viento y marea.

El Domingo no me sentí “super” como otras veces, pero a base de fuerza conseguí engancharme al grupo cabecero y en torno al 5 fui el único que consiguió aguantar al que finalmente ganaría la carrera. Me sentí especial, bien es cierto que la lluvia molesta muchísimo antes y después de la carrera, pero en el medio de la carrera no hace sino añadir dureza, hacerla más épica y a mi eso me encanta. Me sentí diferente del resto, resaltando con mi indumentaria morada me sentía realmente diferente, me sentía un invitado sorpresa, un forastero dispuesto a enseñar las armas que se utilizan allá en su tierra… En fin, toda una película que me monté mientras corría que me hacía sentir realmente bien.

Mientras la carrera avanzaba, el que abría la carrera me pidió relevo un par de veces. Ni me interesaba tirar, ni tenía porque hacerlo. Al fin y al cabo el iba con el nº 1 que le distinguía como ganador de hace un año. Así nos presentamos hasta las inmediaciones de meta. El era un chaval de veintipocos años y no quería esperar mucho más, así que pasado el km 8,5 hice mi ataque. Pero, amigo… las piernas no tiraban o más bien el corazón. Creo que me faltó fondo. El chico tardó en cogerme, pero es que 1km con la fatiga acumulada se hace muy largo y da mucho de sí. Que se lo digan a los ciclistas cuando sprintan a meta. Cuando me alcazó fue incrementando el ritmo poco a poco, él tampoco iba fino deduzco y aún tuve 2 o 3 arrancadas de rabia con las que me lance a por él. Pero esta vez, no iba a ser posible…sada3

Al final, un segundo puesto que me sabe a gloria, Una carrera en la que disfrute muchísimo y con la que cargar las pilas para otras nuevas. De momento tengo ganas de que lleguen los crosses y seguir disfrutando como un niño.

Acabamos la jornada comiendo por Betanzos en buena compañía poniendo el broche de oro a una jornada que amaneció con mucha lluvia y acabo con sol.

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