Ultramaratón los 10.000 del Soplao, por Miguel Nieto
Hasta Cabezón de la Sal nos fuimos tres componentes del Club, Miguel Ángel Bueno, para hacer la ruta BTT, y Ángel Santiago y yo, Miguel Ángel Nieto, para la ultramaratón (117 kms.).
A las 23:00 h. nos dan la salida con una traca y la música de AC/DC (Thunderstruck) a tope, teniendo que pasar por una plataforma de madera donde nos hacía pasillo con antorchas el grupo que había interpretado la danza de Ibio.
El ambiente es espectacular, lleno de gente gritando y animando con cencerros. Somos
270 corredores, 117 los Kilómetros a recorrer por el monte en un tiempo máximo de 25 horas, y 8.222 los metros de desnivel acumulado (4.089mts. de ascenso y 4.133mts. de descenso).
En 6kms. llegamos a la Sierra del Escudo, y vemos las luces de los coches que se
dirigen a Ruente para animarnos, todo un espectáculo, como espectáculo sería vernos bajar el cortafuegos después.
Llegamos a Ruente, los dos lados de las calles llenos de gente que aplaude y anima sin parar, que te obligan a ir de uno en uno. ¡Qué subidón!
En Ucieda (km. 18) tenemos el primer avituallamiento, y a continuación subimos al Moral (km. 29),y nos encontramos un avituallamiento que no figuraba. Desde aquí bajamos por pista en buen estado y algo de carretera, ideal para correr, hasta Bárcena Mayor (km.42), donde hay otro avituallamiento y nos ofrecen hasta caldo calentito. La organización nos ha traído una mochila con ropa de recambio, pero decidimos no utilizarla. Son las 5:00 y emprendemos la larga subida a Fuentes (km. 58), durante la cual amanecerá, pudiendo desprendernos por fin de los frontales. Pasaremos frío y sueño.
En Los Tojos (km. 79) volvemos a tener la mochila con ropa a nuestra disposición, y decido cambiarme de calcetines y zapatillas. Este avituallamiento es espectacular. Me ofrecen lomo, pechuga de pollo, tortilla de patata, bacón, sándwich de jamón y queso, de Nocilla, caldo, café, naranjas, plátanos, Coca Cola, agua, Powerade, vino, cerveza, Reflex, Compeed…Me como un bocadillo de tortilla y me tomo un café, repongo líquido y me voy comiendo un sándwich de Nocilla.
Volvemos a pasar por Bárcena Mayor (km. 86), donde creía que tendríamos avituallamiento, y no era así, por lo que me quedaré sin líquido subiendo el Moral, ya que la subida es por una antigua calzada romana, como ir por una cuneta llena de piedras sueltas, y el ritmo es lento hasta que alcanzo la cima y llego a una pista que lleva al Moral (km. 95). Aquí está lleno de ciclistas. ¡Qué diferencia con nuestros avituallamientos! Aquí los han dejado los palets de agua y Powerade para que se sirvan ellos mismos (son unos 4.500).
Inicio una bajada de unos 4kms., cruzándome con los ciclistas que suben. Para mí serán los kilómetros más rápidos, ya que la pista es buena y el desnivel favorable, no así para ellos. Algunos suben mirando al suelo, sin levantar cabeza, y tengo que tener cuidado que no me atropellen, teniéndome que meter en alguna ocasión en la cuneta. A pesar de esto son los mejores kms., por el subidón de encontrarte tanta gente, después de tantas horas, y nos damos ánimos mutuamente.
Después me desvío, y alrededor del km. 100 enlazo con la ruta a pie y maratón, que es común hasta meta. Algunos andarines al verme exclaman: ¡Un ultra!, y me dan ánimos echándose a un lado, lo que me hace subir el Toral (km.105) trotando por el subidón, y fundiéndome, gastando la energía que pudiera quedarme. Menos mal que arriba había
un avituallamiento, el último, que llaman del “Pirata de las salchichas”, ya que no es oficial, donde me como dos salchichas, repongo líquido, y quedándome con las ganas de unos huevos fritos, que también había, me lanzo para abajo, por momentos trotando y en otros andando, que las cuestas son empinadas y mis cuádriceps arden cuando intento frenar el peso de mi cuerpo.
Y así llego a Cabezón, que parece que se aleja cada vez que intento acercarme. En el pueblo, corriendo, la gente no para de dar gritos animándome.
Ya escucho las voces procedentes de la meta, cuando oigo un pitido, y … no me lo puedo creer, se baja la barrera del paso a nivel que atraviesa el pueblo. Miro a ambos lados, y no veo ningún tren, por lo que continúo corriendo hasta la meta, donde el alboroto es mayúsculo, y escucho por megafonía:
“Un ultra, 201, Miguel Ángel Nieto, de Macotera, Salamanca. Felicidades, Miguel
Ángel”.
Se me pone la carne de gallina cada vez que lo recuerdo.
Han sido 20 horas y 10 minutos para recorrer 117kms., después de salir a las 23:00 h del viernes, 22 de mayo, y llegando a las 19:10 h. del sábado 23 de mayo.
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