Gabi

En ocasiones uno sueña y parece que está despierto, y eso debió ser lo que aconteció el sábado en Gijón, uno de repente se recuesta sobre los muros de la “Elegía del viento”, también llamado el wáter de King Kong, y de repente empieza a soñar, es lo que tiene reposar junto a esta mágica escultura de Chillida, No recuerdo muy bien el sueño, porque uno ya con la edad empieza a confundirlos con la realidad, lo que si recuerdo es el sonido del mar y el paisaje asturiano.

“Recuerdo que en el sueño me vi metido en un autobús, rodeado de gentes del club atletismo y acompañantes, camino de la senda del oso, para disputar una carrera, y a decir verdad lo recuerdo con agrado. Y a mí alrededor alguno me contó historias de cuando de niños atravesaban España, para ingresar en la universidad laboral , hacerse hombres , medir distancias mucho más amplias, escribir cartas, y desear el verano para volver al pueblo.

También recuerdo el ir y venir de pastas y galletas por el autobús, por si alguno quería endulzar el recorrido, y hasta dónde llego a recordar, llegamos a Candas. La mayoría de ellos se cambiaron de vestuario y partieron a calentar veinte minutos. Me vi en el mar remojando los pies, y uno hasta en los sueños sabe a veces lo que no quiere hacer, porque como empiezo ya a saber, veinte minutos de calentamiento acaban siendo una hora y yo ya no estoy para sofocos.

 

Y creo recordar que anduve en una feria rodeado de compañeros, de sidra, de pulpo y demás viandas, ya sé que diréis que estas no son maneras de atleta, pero os recuerdo que los sueños sueños son.

Tarde de paseo, turismo y sidra. Molinón, playa de San Lorenzo, centro histórico, Cimadevilla y vuelta el hotel. Allí si recuerdo que fuimos tratados como atletas, cena espartana y sin sal, nada de excesos.

Perdonadme este desorden de sueño, pero me pareció que un grupo se dirigió a la playa para elaborar un calendario subido de tono, aunque esto último no lo recuerdo del todo bien. No soy estudioso en sueños, pero igual alguien entendido pudiera darme una explicación en el futuro.

 

GabiTambién recuerdo el día siguiente partiendo en el mismo autobús hacia Tuñon, para iniciar una prueba de veinte kilómetros por la llamada senda del oso, con su río, sus cascadas, sus olores, sus cuevas. Alguien me explico que era una antigua ruta minera, donde mucha gente dejó su sudor y su vida. Yo hasta dónde llego a recordar, sólo dejé la vida. (Perdón el sudor). Nos contaron que era una ruta con pendiente suave y progresiva, y yo en mi sueño no veo más que cuestas y cuestas, y subida y más subida, aunque claro, los sueños sueños son.

 

Y soñé que los hermanos Bueno llegaban los primeros, y no sólo eso, sino que el resto subía y subía al pódium una y otra vez, así hasta infinitas veces. Quiero pensar que cuando me recosté en Gijón y me quedé dormido estaba muy cansado, que cosas sueña uno.

Y llegó la comida, e imaginé que algunos con tanto gel y complemento vitamínico, habían dimitido del arte de comer, pero creedme que no fue así, por un momento pensé que además del jabalí, el cabrito, el pote, la fabada, el vino, el postre, el café, el chupito… se comerían al maitre. Recuerdo el sudor en la cara de alguno, tanta caloría quemada y en tan poco tiempo ganada. Aunque ya sabéis lo que son los sueños, siempre exagerados”.

Y desperté, y no me digáis como, cambie el paisaje asturiano por la llanura castellana y amanecí en los muros de la iglesia y como creyéndome que todo era cierto fui a ver a Candi. Pregunté por el calendario del club, y por la cara extrañada que puso, supe que todo fue un sueño, y que ni calendario ni nada, otra vez el cansancio me había jugado una mala pasada, o igual no. Eso sí me llevé los periódicos y cuando volví a casa, la brisa de mayo los abrió por las páginas de deportes, y allí pude ver las fotos de gentes del club subiendo al pódium de la llamada senda del oso, y es que a veces, y aunque sea sólo en parte, algunos sueños se escriben en los periódicos del mañana.

Es hora de recostarse sobre algún muro, la san rocadaya está cerca.

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