Ricardo Adrados:

“El frío y el hielo entre bodegas”.
Amaneció con temperaturas 5 bajo cero y pensé que al salir el sol dejaría de hacer frío. Así que cogí las mallas finas y la camiseta y al recoger el dorsal me di cuenta de mi error. Así que utilicé el truco de calentar más de lo normal (50 minutos) y me vino bien, por que muchos bajaban de los coches 10 minutos antes de la salida (estaban con la calefacción a tope) y es q no era para menos. La salida a 2 bajo cero y con tiritona (se agradecía hasta la mascarilla).
Esta vez conté 18 en mi categoría y varios portugueses (lo tenia difícil).
Así que miré los que parecían mayores y me pegué a dos con poco pelo. En la primera curva había tierra suelta y un poco de hielo y primer susto por que casi me voy al suelo. Pero tenía que pegarme a los que estaban delante por que se hablaban en portugués y me miraban de reojo.
Una vuelta por la zona de bodegas y de pronto una escalera de barro y hielo, vi que los portugueses saltaban sin miedo por el hielo y se me escapaban.
Son dos vueltas, pensé y con paciencia les recorte y a falta de 2 km  ataqué en la curva del susto y cataplas a la cuneta. Vaya caída, no era capaz de levantarme. Menos mal que el corredor que venía detrás se paró y me levantó del suelo.
Enrabietado salté las escaleras de tres en tres y les cogí a falta de 1 km. Ni lo pensé. Callejear es mi fuerte y ahí pude ganar la categoría..
El termómetro seguía marcando 1 bajo cero.
Lo primero fue instintivo, acercarme al chico que  me levantó y darle las gracias, perdió su categoría por levantarme, todo un detalle que no todos tienen.