Media maratón ciudad de Salamanca

Salamanca, Domingo 03-03-2019

Clasificación

Sergio Martín : “Después de estar un tiempo de bajón emocional, sin tener ganas apenas de salir a entrenar, decidí ya que estaba apuntado a correr la media y hacerla tranquilo, sin presión de tiempo, el objetivo era recuperar la sensación de volver a sentirte tu……amanece el domingo, nos ponemos en camino, tomamos un café con los compañeros fruittis y al pabellón a prepararse y calentar…..empiezan a salir de nuevo esas sensaciones de querer volver….decido hacer la carrera con pilar y en un momento determinado si las piernas lo permiten irme, en la salida no encuentro a pilar y tras salir y ir un par de kilómetros sin encontrarla, empiezo a coger un ritmo tranquilo y decido ir a ese ritmo tranquilo. Pasan los kilómetros y la sensación es cada vez mejor, los ánimos de compañeros, amigos, la gente y de las dulzainas macoteranas te llevan en volandas. La consigo acabar con un tiempo de 1h38′, que es lo que menos importa porque esa sensación de querer volver a correr ya han vuelto a mi. Gracias a esos fruittis que siempre han estado hay, a mi familia, pero sobre todo a esa persona que a decido de compartir su vida conmigo y que siempre a estado hay aguantando mis malos momentos, mis llantos, mis cabreos…..todo esto va por ti

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Juan Agustín Chamorro : “Creo que es de justicia que realice una crónica de la carrera en primer lugar agradeciendo al grupo de entrenamiento de los fruitis su apoyo durante una época complicada debido a unas molestias que no se de donde vienen y me tienen un poco mosqueado. Después de un tiempo parado retome los entrenamientos después de pasar por los talleres para hacer una revisión para intentar correr la media sin molestias. Así empecé a entrenar tres días a la semana con mas precauciones y tomándome las cosas con calma. Alguna tirada larga y entrenamientos acompañado que siempre ayuda. Pues llego el día, la decisión era salir con Pilar y después ya se vería….Durante la primera mitad fuimos en un pequeño grupo unos pocos morados y el apoyo de la gente es impresionante, al salir de la vaguada subidón las dulzainas nos reciben. Pelos de punta pero hay que seguir. En el carril bici nos cruzamos con los compañeros y es un placer verlos. Subimos la cuesta del Zurguen y a Pilar ya le cuesta así que se va quedando y continuamos a nuestro ritmo ya que me lo había dicho al salir. Poco a poco vamos cogiendo ritmo y pasando gente con el animo que conlleva. Al legar a la  cuesta final me encuentro con fuerza y sigo solo ya que quizás marco un ritmo superior al que puede aguantar el ultimo acompañante que me quedaba aprieto los dientes y subo a ritmo con una buena sensación de piernas por lo que ya no aflojo. Una emoción al afrontar la calle Colombia y comuneros a pesar de las dificultades al entrenar voy a realizar un tiempo que hace un mes no soñaba. Y me planto en la meta en 1h38´´ genial y con buenas sensaciones. Para culminar la jornada comida con los compañeros del club. Un día genial. Nos vemos en la próxima. “

 

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Juan Bueno : “No sé muy bien como comenzar… Después de tantas carreras y de tantas crónicas, uno parece haberlo contado ya todo…

Sin embargo, la vida siempre te puede sorprender y cuando menos lo esperas te regala algo tan bonito y extraordinario como una nueva victoria en la Media Maratón de Salamanca.

No sé como se verá desde fuera, pero para nosotros es nuestra media y es muy grande. Es la media que me vio crecer como corredor popular “de élite” por llamarlo de alguna manera y la que me enseñó que después de muchos entrenamientos y esfuerzos el cuerpo te puede regalar con algo tan grande como ir a 3.15 y ganar una media maratón, algo impensable por aquel entonces y que siempre, siempre, es algo muy difícil. Corría el año 2012 y tenía 26 años, todo un chaval. Este domingo, 7 años después tengo 33 años y ya soy un veterano en estos de las carreras. He aprendido mucho de las personas con las que me he cruzado y corriendo he ganada grandes amigos y grandes lecciones de vida. Hoy soy yo el que intento transmitir lo que me ha dado el atletismo y enseñar con mi experiencia a mis amigos y compañeros del Club. He vivido muchos lances desde aquella primera gran victoria, carreras y victorias muy importantes casi sin repercusión, momentos de lesiones y desmotivación. Pero siempre hay un pequeña chispa que te hace reengancharte con una ilusión por la que correr.

Este año, no había preparado a conciencia la media como otros años. Ha sido un mes muy bonito de competiciones a nivel federado, pero la media de Salamanca tiene muchos alicientes que te hacen querer participar con muchas ganas. Mi compañera y amiga Pepa siempre me da muchos ánimos y yo le dije: “Creo que la media maratón me debe una victoria”. ¿Quién iba a pensar que sería este año? El lunes anterior a la carrera, después del Cpto. de España, le dije a mi hermano: “Rober, creo que la media me la voy a tomar con tranquilidad, paso de sufrir como otros años viendo lo que aún nos queda en Marzo(Laredo y Cpto. de España de Media Maratón)”. Este planteamiento conservador lo reforzaba la idea de ver a gente fuerte inscrita y que ya habían dominado la carrera otros años, como Javier Alves e Ivan Roade. ¿Pero como correr una media de Salamanca y hacerlo a medias? Yo no valgo para hacer eso… Al final, lo hiciera o no el calendario decía que había que ponerse en forma para lo que venía. El jueves tenía que estar fuera de casa todo el día por trabajo, así que tocó hacer series de 3000 a las 6 de la mañana. Siempre me acuerdo de mi padre cuando hago estas cosas… “Si te mandara hacerlo yo no lo hacías” siempre me ha dicho. Pero esta vez no fue un esfuerzo levantarme, tenía la ilusión de tener la media de Salamanca a la vuelta de la esquina.

El último paso antes de la carrera fue el sábado previo. El paso por la feria del corredor, me hizo ver que los rivales potentes eran mejores que yo, pero no tenían un nivel tan inalcanzable como podría serlo Rafa Iglesias en su momento. Me cercioré bien una vez en casa mirando tiempos en runedia y ahí fue cuando decidí que lo iba a intentar hasta donde pudiera. Si la cosa no salía, ya habría tiempo de resguardarse en un grupo.

Llegó el día de la carrera. Me levanto descansado, que buena señal. Una semana antes no estaba igual de fresco antes del Cpto. de españa de cross. Hablo con mi hermano (y entrenador) durante su viaje en coche a la carrera y nos contamos un poco la visión de carrera. Estaba claro, había que intentarlo. Él esta vez no iba a estar tan fino por razones personales, pero como mola tener a alguien, !a tu hermano! para trazar planes de carrear, para jugar con esto de las carreras.

Nos juntamos para hacer la previa con Jorge Nieto y unos compañero de su equipo. Esos son los mejores momentos, de complicidad, de compañerismo… y al lío, a calentar juntos y a disfrutar un año más del ambiente de la media y de volver a ver a un montón de corredores de la tierra. Ni rastro de Alves ni de Roade. He de decir que a Ivan Roade no lo conocía, pues justo cuando el llegó a la ciudad yo no me prodigaba mucho por las carreras de

la provincia, así que sería toda una sorpresa. Nos ponemos en línea de salida y esta vez sí me concentré, estaba muy concentrado… La canción de rigor de salida en la media y a por todas con AC/DC.

La carrera sale cómoda, lenta. La estrategia estaba clara, ser conservador y que otros movieran ficha. Había gente con más galones en el pelotón y además, habiendo gente de más nivel, a nosotros nos interesaba que no fuera muy rápida. Pero aparece pronto Javier Nuñez para dar la cara e imponer un poco de ritmo. Cada vez aprecio más a este tío, que gran corredor es, !Nunca se esconde!. Se pasan pronto los primeros kilómetros y enfilamos la calle Zamora. Ahí entra en juego mi hermano como estaba previsto, el paso por la meta volante era su objetivo ya que en principio era muy difícil que luchara por la general. En los últimos años nunca se había disputado esta meta volante, pero… ¿Quién iba a decir que se la iba a disputar Ivan Roade vigente campeón y uno de los favoritos a luchar por la victoria? Os puedo asegurar que mi hermano, sin ser un gran velocista, cojo no es… y lo que allí se vivió fueron dos grandes sprints de aupa. Todos creemos que ese momento fue una de las claves de la carrera. A toro pasado, es muy fácil hablar. Pero cualquiera que corra sabe que ese calentón de 300-400 metros y luego además, irse en solitario deben de pasar factura a cualquiera. A partir de ahí, mi táctica seguía intacta… guardar fuerzas, había gente de más galones en el grupo! Me refiero a Javier Alvés, que tras venir de la maratón de Sevilla con un marcón todos temíamos. Sin embargo, fueron Jorge Niego y sobre todo Javier Nuñez los que dieron la cara.

El viento pegaba de lo lindo camino del Zurguén, menudos bandazos… pero en grupo siempre se va más protegido. Ahí andaba yo, rateando e intentando cobijarme detrás del grupo y en estas casi la lío, pues trastablillé a Gustabo Sánchez, el vitoriano, y apunto estuve de tirarle. Que mal lo pasé… me sentí fatal por ir ahí atrás y además casi tirar a un compañero. Y en esas llegamos a la subida del Zurguén. De nuevo, Nuñez, super luchador incrementa el ritmo y nos saca unos metros. Veo que es el momento de no dejar metros, pero me encuentro bien subiendo y no me lo pienso. “Para adelante, que el primero ya está muy lejos”. Me voy fácil subiendo, me siento fuerte. Muchos ánimos de gente arriba de la cuesta que ayudan bastante y a partir de ahí pongo el modo de caza: “concentración a tope y mirada fijada en Roade siempre que el recorrido me lo permitía”. Claro, tras la subida te das cuenta que esto no acaba ahí, queda la mitad de la carrera. Pero ya era el momento de entrar a la acción.

De vuelta a la ciudad me encuentro con todo el pelotón. Muchos ánimos de corredores y compañeros del club con los que me cruzaba. Distingo algunas voces conocidas pero esta vez no quito la mirada de Roade para mantener la concentración y el esfuerzo y digiero los gritos como puedo. Tras la bajada a muerte, la vuelta al puente romano se hace duro. Son momentos de reecontrarse con un mismo, sufrir y encontrar tu ritmo. Ahí me vuelve el pensamiento de otros años: “Ya estamos otra vez haciendo el canelo. Corriendo en solitario media carrera para nada”. Pero que iba a hacer, ¿pararme? Roade me sacaba una buena distancia, pero hay que pensar en positivo. Si no perdí la esperanza de coger a Rafa, porque no a este… Voy a ritmo y el lleva mucho tiempo en solitario. Si yo voy castigado el debiera de ir peor.

La persecución es dura, pero me siento más fuerte que otros años(quizás sólo más fresco, no lo sé) cuando hacia el mismo recorrido en solitario tras Rafa. Se nota que la primera parte no he gastado tanto y dosifico mejor. Me reencuentro con el carril bici del Tormes, !Cuantas series y cambios de ritmo he hecho yo por allí! De nuevo caras conocidas, muchos ánimos… Pero ni rastro de Roade. Y es que tras el comienzo del puente romano a penas le vi hasta una vez pasada la comisaria de policia camino a la subida de la Aldehuela. Uff! lo que queda… Pero sigo concentrado, si algo me caracteriza yo creo que e

s la capacidad de sufrimiento. Tras salvar las dos primeras rotondas nos plantamos en la “gran cuesta”. Creo recordar que tras finalizar apenas quedaba poco más de un kilómetro. No me salen las cuentas, no veo perdiendo a Roade un puñado de segundos por kilómetro… Pero tengo que demostrar lo que tengo dentro, siempre lo hago, aunque no haya mucho más que ganar necesito vaciarme para sentir que lo he dado todo y que “hasta aquí puedo llegar, estoy soy yo”.

Sin embargo, aunque parece que la distancia no decrece, el no perderle de vista en esta última parte me hace no perder la concentración ni el ritmo. Me encuentro con caras conocidas en el publico, muchos de ellos corredores y me dicen que va mal, que le cojo, etc… Y la verdad, no parece que esté cerca, pero venga… ¡para arriba! Empiezo a soltar mis gritos de autoayuda “Vamos, Juan… para arriba!”.Una vez arriba, al girar a la izquierda veo que Roade empieza a mirar hacia atrás y parece que estoy algo más cerca. No sé en que momento me acerqué peligrosamente a él. Creo que todo sucedió muy rápido. Tan rápido como él le vino a ver el hombre del mazo que diría Perico. Ojo! que me estoy acercando mucho, yo creo que le cojo… Sinceramente, creo que no era consciente de que en el momento en el que le pillo el debiera de ir mucho más lento que yo. No obstante, por un momento dudo que hacer… No tengo claro cuanto falta, supongo que poco… pero poco a esas alturas puede ser un mundo. Se me pasa por la cabeza que quizás Roade hubiera parado para coger un poco de aliento y jugarmela al final y, sin pensar en las consecuencias decido atacarle según le cojo. “Joe, la que he liado… que aún queda Juan, como te pille te machaca” Empiezo a oir gritos de que “lo tengo hecho”. En ese momento sólo pienso en entrar en la Alamedilla y pensar en lo que me dijeron los Veteranos por la mañana “Una vez que entras en la Alamedilla son 400m”. Entro en la alamedilla y miro atrás rápidamente. No me sobra nada… pero veo que no está detrás… !Host… Juan, que la estas liando! !Que vas en cabeza y puedes ganar la carrera!! Madre mía, una energía de no sé muy bien donde me impulsa todo mi cuerpo y enfilo los dos últimos giros a la derecha como una flecha. Hay un montón de público, vuelvo a mirar a trás y veo que lo tengo…!No me lo puedo creer! Me vuelvo loco por momentos y enfila la recta de meta como si mi vida fuera en ello. Saco toda la alegría y rabia que pudiera tener dentro. Os aseguro que todo el esfuerzo de los entrenamientos valen la pena sólo por ese momento tan especial como efímero, pues ya a duras penas soy capaz de recordar y sentir como si de un sueño se tratase. Y por fin entro en línea de meta con los brazos bien abiertos y con toda mi fuerza (No sé si por eso me retiraron la cinta de meta antes de que la tocase :P) !Vamos!

Aun ahora cuando lo recuerdo me estoy riendo como en ese mismo momento. Es un risa de una felicidad absoluta y una alegría indescriptible. Como un niño que hace una pillería y se sale con la suya…!La que he liado! Al momento veo a mi novia que estaba con Pepa saltando y abrazándose de alegría. Creo que podrían ser las únicas personas que se hubieran forrado de haber habido apuestas: Pepa, ingenua, porque siempre cree que soy el mejor y que voy a ganar. Y Olalla porque tiene un sexto sentido de meiga y quizás se olió que esa mañana podía ocurrir algo grande, porque cuando me preguntó “¿No irás a ganar, no?” yo le respondí con un rotundo no. Debía de estar muy contenta, porque no le dio “asquete” besarme ni abrazarme como otras veces tras las carreras. Y nos fundimos en un abrazo de amor que dejó a un lado todo lo demás por momentos.

Ay.. .que caprichoso es el destino. ¿Quién me iba a decir que este año la media me iba a devolver esa victoria que para mis adentros pensaba que me debía? Y, como si se quisiera repetir el podium de la primera edición que gané, también por sorpresa entraba Javier Nuñez tras de mi. La verdad que he tenido que ver en vídeo cuando entraba y cómo lo hacía Roade, por que en ese momento no fui consciente. Desde aquí, s

i lo lee, le mando un abrazo porque la verdad que el palo debió ser muy gordo. Pero el atletismo también es eso, saber medir y gestionar el esfuerzo. En cualquier caso, si que fue una sorpresa la forma en la que gané, pero nadie me puede quitar el mérito. Hice mi carrera, mi apuesta y me salió bien. Y para que te salga hay que entrenar mucho, correr aún más e intentarlo !Cuantos años lo he intentado sin premio! Y por supuesto, tener esa pizca de suerte del campeón. !Ahora sé lo que es la suerte del campeón!

Cuando la gente me preguntaba tras la carrera, yo les decía “Que había ido muy bien, gracias” y la mayoría no sabían que había ganado. Hasta mi hermano tardó en enterarse en meta y cuando se dio cuenta no sé muy bien como nos fundimos en un abrazo. Esa mañana hubo muchos abrazos, y abrazos de los de verdad. De la gente que te quiere, de la gente que te aprecia, de la gente que sabe lo que cuesta conseguir esta victoria. Sólo eché de menos unos abrazos, los de mis padres. Gracias a Dios, aún puedo contar con ellos. Y es a ellos, mientras escribo estas líneas, a quién les dedico esta victoria. Porque ellos me han enseñado todos los valores que han hecho posible esta victoria.