Jorge Criado: 

El día 29 unos amigos me dicen que el día 31 de diciembre hacen en Ledesma la San Silvestre (le han cambiado el nombre) y que sus hijos iban a correr. Después de consultarlo con las niñas, allá que vamos. La pequeña no quiso inscribirse pero la mayor, a pesar de estar acatarrada, se hace un carrerón y me dice al acabar que ahora me toca a mí hacerlo como ella. Debo reconocer que con algo de pereza y frío, me preparo pero caliento muy poco.

Al ser una carrera corta, salieron muy rápido y yo en un cuarto puesto iba a remolque hasta que consigo enlazar con el grupo de cabeza en una subida. Al ver esa situación, me animé a tirar y jugar mis cartas. Era cara o cruz, al fin y al cabo, pocas veces se presentan estas ocasiones jejeje.
Consigo que los demás tengan que gastar fuerzas al seguirme. Al llegar al último 800, cambiaron de ritmo y se fueron los tres primeros. Los mantenía a unos 5 segundos y en la zona de más viento consigo enganchar con el tercero en discordia y soltarlo, mientras los 2 más jóvenes se iban jugándose la victoria mientras tanto yo disfrutaba los últimos metros.

Al llegar a meta me encuentro a mis hijas saltando de alegría. Al final, cuando estamos en la entrega de premios, lo primero que escucho es que la niña consigue su primer podium y los dos logramos el mismo trofeo. La pequeña super feliz de ver a su hermana conseguir ese premio. Os podéis imaginar la cara de las niñas y la del padre. Una sensación de satisfacción increíble, sólo faltaba el babero.
El míster Chamorro dice que de casta le viene al galgo… Pues espero que le vaya mejor que a mí.

Al finalizar, lo primero que se me vino a la cabeza, fueron las palabras de Juan Bueno en la comida de que el resultado es lo de menos, pero nunca derrotado porque lo importante es disfrutar. Eso es lo que he aplicado.