Media Maratón Formentera, por José Carlos

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Formentera2La Gloria en nuestro pueblo fue un sistema de calentamiento subterráneo de los hogares que aún existe en algunas casas; otra definición según la Real Academia de la Lengua es “Reputación, fama y honor que resulta de las buenas acciones y grandes calidades”.

Terminada la Media Maratón de Palma hace siete semanas y con el calentón de un trabajo bien hecho y de unos tragos de vino, nos animamos a apuntarnos a la Media de Formentera, celebrada el pasado sábado. Como no me agradaban mucho los entrenamientos hechos hasta entonces, propuse a los colegas con los que ejercito este deporte de locos y “taraos” llevar a cabo un plan de seis semanas y para ello elegí el plan que aparece en la página del Club de un nivel intermedio. Como disponíamos de poco tiempo decidí hacer la 5ª y 6ª semana, la 11ª y 12ª y la 15ª y 16ª.

Pasar de hacer unos 40 km semanales a correr entre 80 y 90 km fue muy duro. Cada día era un dolor distinto el que aparecía y si a esto le unimos que los entrenamientos por motivos laborales y familiares los hacíamos por la noche, pues más aún. Para todo aquel que ponga como excusa la falta de tiempo para salir a correr, tengo que decir que hubo días que salimos a las 23:30 h. y regresábamos sobre la 01:00 ó 1:30 de la madrugada.

La última semana cuyo entrenamiento consistía en salir a trotar unos 20 minutos muy despacito ya no pude ni hacerlo, tenía las piernas destrozadas, así que aproveché para salir en bici y nadar a velocidad de Spá.

Y al fin llegó tan esperada y ansiada fecha. El día anterior vuelo a Ibiza y barco a Formentera, reconocer el terreno, cena a base de pasta donde no faltó el vino y a descansar  (que hasta Dios también lo hizo el séptimo día).

La carrera era a las 17:30, por lo tanto la mañana la empleamos en pasear y comer temprano. Una de las particularidades de esta Media es que los 21 km son los que tiene la isla de punta a punta y por eso nos llevaban al Faro de la Mola en autobús para la salida y luego terminar en la estación marítima.

Un par de km de calentamiento y comenzó la fiesta.

El objetivo era bajar de 1h. 40 m. y para ello queríamos salir a 4:40 y aguantar a ese ritmo todos juntos hasta el km 16. Y nada salió así. Los km 5 y 6 por debajo de 4:10. Íbamos muy concentrados pero a partir del km 8 un compañero lo empezó a pasar mal. Se tomó un gel y fuimos tirando de él hasta el 9.5, donde nos pidió que le dejáramos sólo, que no era su día de Gloria.Formentera1

Pasamos el 10 en 45 minutos y poco después me di cuenta que era mi día y comencé a tirar de mi compañero diciéndole que esto estaba hecho, a lo que respondía con una prudencia no característica de él: “No es blat fins que no esta al sac i ben lligat” (no es trigo hasta que no está en el saco y bien atado).

Al llegar al km 16 ya se veía donde finalizaba la prueba y por ello le miré y le dije: “Allí amigo, allí está la Gloria”.

Un gel para reponer y nada más tomarlo le dije que lo iba a dar todo aunque me costara el no llegar. Me gustaría haber contado la cantidad de gente que adelantamos a la vez que incrementábamos el ritmo. Jamás podría imaginar correr los 5 últimos de una Media a menos de 4:30. Pasado el 19, otra vez gritándole para que no se quedara y ya en el último donde había que morir, se soltó.

A falta de 300m. los gritos de mi mujer me empujaron otro poquito y crucé la meta y alcancé la Gloria cuando vi que el tiempo real había sido de 1h. 34m. 52 s.. La Gloria en sus dos definiciones, porque me sentí en el cielo y porque los pies me ardían (uno con ampolla y el otro a la espera de lo que diga el fisio).

P.D.: Con buen vino y unas copichuelas se nos volvió a calentar la boca y ya nos hemos apuntado a la Maratón de Donosti en noviembre.

Salud.

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