Maratón de Madrid
Cronica por Miguel Pérez García
Creo que os debía una crónica sobre mi primera Maratón y lo prometido es obligado.
Los días previos fueron de unos nervios exagerados. Después de tres meses de preparación intensa siguiendo un plan más o menos programado y un mes de control en las comidas para quitarme unos kilitos que mis rodillas agradecerían, no podía permitirme no correr. Sin embargo, 15 días antes de la carrera, una pulbalgia pudo dar al traste con todo. El martes previo a la carrera “Primi” me dio pemiso para correr pero me avisó que si surgían los dolores debía retirarme para no provocarme una lesión más grave. Parece que las agujas dieron resultado y eso no fue necesario. Este tío es un fenómeno, de verdad.
El viernes fui a recoger a mi hermano Manolo. Venía de Edimburgo para correr conmigo nuestra primera maratón. Otro aliciente más que hacía que esta cita fuera algo especial para mí. Como nunca me creía capaz de acabar una maratón, tenía que prepararme física y sobre todo mentalmente. Tenía que hacer algo que me motivara y sobre todo, que hiciera de esta cita, algo verdaderamente especial para mí.
Se me ocurrió que podía pedirles una canción a mis amigos, compañeros del trabajo, familia,… No quería que supieran para que serviría, simplemente quería que fuera una canción que les trajera buenos recuerdos. No me importaba tanto la canción sino a quien identificaba.
Estas cosas ayudan de verdad. Quería tener la obligación de acabar la carrera y había implicado a tanta gente que no podía echarme atrás. Además esta música me traería buenos recuerdos y me ayudaría a sobrellevar los malos momentos que previsiblemente llegarían.
La compañía de mi hermano, las canciones, la prevista ayuda de Ludi los últimos 10 kilómetros y saber que los dos peques estarían esperándome en la llegada serían alicientes suficientes para acabar la carrera. El resto debía hacerlo el entrenamiento, el estudio del recorrido y el control del entusiasmo para no lanzarme a conseguir ningún objetivo de marca. Había que disfrutar de la carrera y acabar con un buen recuerdo, y se daban todas las condiciones para conseguirlo.
Y esta es la historia de mi carrera, de mi primera maratón. Lo demás, apenas tiene importancia, porque me generé tantas expectativas que todo fueron sensaciones positivas: disfruté de los entrenamientos, comprobando mi evolución ascendente día a día. Viví la tensión y los nervios de la semana previa a la carrera y finalmente disfrute a tope de una carrera que siempre creí inalcanzable para mí.
Cada uno guarda un momento especial en su carrera. Para mí el momento más emocionante se produjo a la salida de la casa de campo. Cuando analizaba el recorrido tenía claro que si salía de la casa de campo con fuerzas (km 32) nada me impediría llegar al final. En ese kilómetro me estaba esperando Ludi y aunque las piernas ya pesaban, yo estaba fresco y con fuerzas para seguir. Saber que podría acabar me produjo un escalofrío que aún recuerdo. El otro momento fue a la entrada a El Retiro. Allí estaban Lucía y Roberto dispuestos a correr conmigo los últimos 500 metros. Esto era ya una fiesta. El colofón a un día
para recordar.
Para los que nunca habéis corrido una, tengo que deciros que puede ser algo inolvidable y que no es necesario sufrir al límite para disfrutarla. Sólo deben cumplirse dos requisitos para conseguirlo: una muy buena preparación y sobre todo tener ilusión y motivación para correrla. El ambiente, el recorrido, los ánimos de tus amigos harán el resto.
¡¡ANIMO!!
¡¡¡ SOY MARATONIANOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!