Maratón de Madrid por José Luis García
Este año me decidí de nuevo por Madrid tras la buena experiencia en la anterior edición. Como siempre, ante una carrera de tanto calado, a uno le entran mil dudas sobre los distintos entrenos realizados y sobre cómo te encontrarás ese día.
Tenía una buena base de kilómetros acumulados pues esta vez no perdí ni una sola de la tiradas largas que para mi son fundamentales. Ya sabíamos de antemano el día de perros que nos esperaba y fueron ciertas las predicciones. Allí me encontraba de nuevo en la línea de salida con mi amigo Benjamín, a partir de aquí ya nada podía detenerme.
Los primeros compases de la carrera transcurren tranquilos con ese calabobos que se hacía incluso agradable, el paso por el centro de Madrid fue espectacular pues a pesar de la lluvia la gente se agolpaba para animar a todos los participantes, hago hincapié en ello ya que destacamos muchas veces el ambiente de la Behovia u otras carreras norteñas y creo que ayer la Capital se entregó a su Maratón y estuvo de chapó.
Pasé por la media en 1.47 y aquí ya no era calabobos sino lluvia de verdad, tomo uno de los geles junto a un trozo de plátano esperando su energía para lo que falta. Por el 23 camino de la Casa de Campo escucho los acordes del tema “Satisfacción” de Rolling Stones, nada podía animarme más. Pasamos estos duros y solitarios kilómetros y nos dirigimos hacia la parte más dura del recorrido, logro pasar Ronda Valencia para adentrarme en Paseo del Prado donde los pies parecen esponjas y cada vez pesan más o el cansancio va en aumento. Del 38 al 40 paso mi quinario y me viene una frase de Rodgers:”El dolor es un maestro que está allí para enseñarnos un camino”, bajo la cabeza, aprieto los dientes para llegar al final de la Calle Goya y poder divisar al fondo el Retiro. ¡Ya lo veo !, tomo el último trago de agua y me dirijo al último kilómetro, entro en meta como siempre impregnado de esa emoción indescriptible y muy alegre viendo que mejoré en cinco minutos mi anterior marca en Madrid 3. 41. 10. Me cuelgan la medalla y por un momento me quedo en blanco, ahora ya con el cuerpo congelado sólo pienso en llegar al coche para cambiarme y darme una placentera ducha.
Mis recuerdos y agradecimientos como siempre a mi familia, a esos amigos que estuvieron pendientes, a Miguel por sus ánimos y a vosotros Miguel, Angel y Emilio que me ayudasteis en mi última tirada larga por Macotera. Fue un fin de semana muy bonito acompañado de mis amigos runners Juan Barroso, Juan Carlos Comino y sus respectivas familias, Gracias por vuestra forma de ser.
Próxima parada: Granada…
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