II Carrera de Montaña Cerro de la Marmota

Pues sí, ayer me acerqué con otros compañeros del OASIS hasta Colmenar Viejo, para correr la II ‘Carrera de Montaña Cerro de la Marmota’, de 25 Km. Los ingresos, 3.000 Ptas. por barba, estaban destinados para la Fundación Ugarte (lucha contra el cáncer infantil). Me apunté a la carrera el último día del plazo, el 29: es decir, al día siguiente de morir Carmen, la hermana de nuestros compañeros Juan Antonio y Gabi.

La mañana acompañó. Y eso es importante. Fría pero con un sol radiante; y con las cumbres de la sierra de Madrid en el horizonte, habitadas por las primeras nieves. ¿Se podía pedir más? La carrera se desarrolla dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Justo en el Km. 12’50, cuando se inicia la bajada hasta el río Manzanares las vistas panorámicas son espectaculares: por algo allí hay un mirador. A los ‘madrileños’: merece la pena acercaros un día por allí: desde Tres Cantos (el coche, por supuesto, hay que aparcarlo junto al carril bici; o en la estación) son 5’5 Km. También se accede, en coche, desde el polígono de Colmenar Viejo: hay una ‘carreterucha’, que termina en la puerta de acceso al Monte El Pardo, a 200 metros del mirador.
Ayer, en Colmenar Viejo, esperaba encontrarme con algún morado. Morados no vi ninguno. Pero sí a dos ’embajadores’, de Burgos que conocían la indumentaria ‘morá’. ¿Serían ‘mediadores’ de Carmen B. B que me venían a decir que ella se encotraba bien? Me los encontré una vez terminada la carrera, iban vestidos de paisano (deduzco que también correrían); me crucé con ellos justo cuando volvía de ver los listados con las clasificaciones (en ese momento aún no habían puesto la hoja con mi clasificación, pero sí la de mi compañero Zubi). Tuve buenas ‘vibraciones’ al encontrarme con los burgaleses.

La de ayer, yo creo que es la primera carrera larga en la que los kilómetros no se me han hecho ‘eternos’ ¿Por el paisaje? Durante la misma, me acordé de la carrera y marcha de ACOPEDIS en Macotera, a campo abierto, del año pasado: unos andando, otros corriendo. Sólo que ayer era más espectacular, por el número de participantes. Y, claro, con un paisaje bastante más gratificante… Los que participaron en la marcha de 25 Km. hicieron el mismo trazado que la carrera, salieron una hora antes. Hubo otra variante de marcha, más corta, de 11 Km. Daba gusto ver aquella serpiente infinita de tantos tos caminantes haciendo camino.

Desde Colmenar Viejo, los primeros km. de la carrera son de bajada, al principio muy pronunciada, hasta encontrarnos con el territorio donde pace el Arroyo Tejada. El tramo junto al Tejada es el tramo más ‘dulce’ de la carrera, relativamente llano, pero con tramos pedregosos. Hay que ‘vadear’ el arroyo hasta en ocho o nueve ocasiones. Por suerte, hay instalados unos ‘mojones’ de granito para sortearlo sin mojarse. Ayer, los más lanzados no se andaban con remilgos; es el caso mi compañero Zubi que prefirió mojarse a darse un peligroso traspiés en alguno de los mojones (algunos tenían hielo). En su memoria tiene petrificado el percance que sufrió hace dos años en la carrera de Montaña de Cercedilla: Zubi se rompió la nariz en una caída, por evitar mojarse los pies en un arroyo; tuvieron que bajarlo, hecho un Ecce Homo, en ambulancia.

En el km. 9, aproximadamente, dejamos el arroyo Tejada, que, varios cientos de metros después, se adentra en territorio del Monte El Pardo. Nada más ‘vadearlo’ por última vez, el camino inicia una fuerte pendiente, pero es un tramo muy corto, porque en seguida el camino se reconcilia con el caminante. Al poco, el camino transcurrirá paralelo a la tapia granítica del Monte El Pardo, y caminaremos a su vera hasta más allá del km 15. Desde que dejamos el arroyo Tejada, el camino, con vistas espectaculares a la Sierra , se empina levemente, con tramos más duros antes de alcanzar el ecuador de la carrera, el P. K. 12’5 (justo en las proximidades del mirador al que antes aludí). Desde el mirador, hay una bajada trepidante, en algún punto peligrosa, que nos lleva hasta las proximidades de la cola del embalse de El Pardo (río Manzanares). A partir de ahí, vienen los kilómetros más duros: al principio nos encontramos con una subida impenitente, algunos corredores la suben andando. Camino muy duro, muy pedregoso en general, y en continuo ascenso, con algún tobogán, hasta que empalmamos con la carreterucha que conecta la puerta de acceso al Monte El Pardo (proximidades del mirador) con el polígono de Colmenar Viejo. Es una carreterucha llana, con algunos leves repechos. Y nos adentramos en el polígono de la estación (no la de Cercanías); salimos del mismo por una larga calle cuesta arriba, que uno ya no se espera. Los últimos kilómetros son prácticamente llanos, pero las piernas, a esas alturas de la carrera, ya están tocados. Entramos en Colmenar Viejo por una zona residencial, por una calle con una pendiente de aúpa: como para darnos la puntilla. Una vez arriba nos adentramos en un parque, ideal para un circuito de cross; le damos una vuelta: primero lo bajamos después lo subimos. Salimos del mismo, atravesamos una gran rotonda y en unos 500 metros entramos en la línea de meta.

Sobre los burgaleses a los que antes aludí, como les oí que mencionaron entre sí ‘Macotera’ al cruzarme con ellos, les lancé una mirada cómplice y me dijeron que conocían a uno de Burgos que corría con esa indumentaria, sobre todo cross… ‘un tipo fuerte’ y con poco pelo en la cabeza (también mencionaron Atapuerca, asociándolo con la ‘morá). No se acordaban de su nombre, o tal vez lo desconocían. Yo les dije “Miguel”. Estaba seguro que se referían a Miguel (Blanco Embún). Resumiendo: me llamó la atención que dos de Burgos se fijaran en ‘Macotera’, y en la semana de Carmen. Miguel, burgalés, está en el CLUB gracias, creo, a Gabi y a Juan Antonio, hermanos de Carmen, recien fallecida, en Burgos. Como dice una canción: “No les busquéis allí que allí no están, buscadlos por la tierra y por el mar. Por los caminos”.
Salu2. BHM.