entreno

5.30 h. del domingo, suena despertador, a desayunar.entreno

6:30 h. recojo a mis compañeros y salimos para Bunyola (curiosamente hasta la pasada legislatura el teniente de alcalde de esta localidad era un macoterano).

Aparcamos en la puerta del cementerio y comenzamos a gritar para ahuyentar a las ánimas, para que regresen a su lugar y dejen paso a los vivos.

7:10 h. comenzamos a correr mientras el día iba abriendo.

En menos de 6 km coronamos el Penyal de l´Honor (800m) desde donde hay unas vistas espectaculares y donde pudimos ver un amanecer de ensueño.

Comenzó un largo descenso pasando por el Salt des Freu, unas cascadas preciosas pero más secas que la mojama por la falta de lluvia y por el Avenc de Son Pou, una preciosa cueva con una ventana natural que le da luz.

Y posteriormente una fuerte y larga subida de nuevo a La Comuna de Bunyola donde pudimos reponer de agua nuestras mochilas para afrontar el duro y técnico descenso que nos quedaba.

Llegamos al coche con 23 km y 1300 m. de desnivel positivo.

Madrugamos para soñar, porque disfrutar de la naturaleza de esa manera parece un sueño, sobre todo cuando regresas a la civilización y pones el telediario. Y es que ya lo dice el Sr. Ruano: “Los grandes momentos hay que buscarlos, los malos vienen solos”.

SALUD.

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