Crónica de los 15 Kms de Tres Cantos, por Gabi Losada

Para escapar un poco de la crisis, y para intentar robar la pócima a nuestro león que le permite estar siempre en los primeros puestos en todas las pruebas, decidí acudir a Tres Cantos, localidad dónde reside el hospitalario Braulio, fotógrafo, mentor…cámara, pinchadiscos, jefe de montaje de vídeo, informático, cocinero y por lo que pude comprobar en su casa,  artista del hierro forjado. Como había que pasar desapercibido decidí inscribirme en la prueba de 5 km, (Roberto y Braulio lo hicieron en la de quince), para que me diera tiempo a analizar los movimientos del bautizado como “león del margañan”. Seguro, que en algún momento se despistaría y podría conseguir el brebaje secreto.

Lo primero que une descubre, es que mientras que yo en todas las carreras bajo del coche y me instalo en la linea de salida, este hombre se cambia de zapatillas, mallas, se empieza a colocar atuendos en las muñecas, se ajusta el reloj-gps, empieza a impregnarse el cuerpo de un líquido al que llaman alcohol de romero…y  se lanza a correr por el parking sin que yo apenas pueda seguirle. A los los diez minutos cuando yo le suplico que pare, me dice que ha finalizado su calentamiento. (ahí aprendí la primera lección, nunca calientes con nadie que pueda bajar de dos horas y veinticinco minutos en maraton..). Se vuelve a quitar los atuendos, se pone el traje de guerra, y ya esta listo. Me ofrece alcohol de romero. Yo ya tan contento de tener la pócima y me dice que no, que el impregnarse con alcohol es un homenaje a su abuela, que ahí no esta su secreto.

Tras dejarle en la salida de su prueba de 15 km yo me dirijo a la prueba de 5 Km, dónde tras el cansancio acumulado por el calentamiento acabo pues como acabo siempre, en el medio de la tabla, ni frío ni calor. A duras penas me da tiempo a ir al coche para ponerme ropa y hacer de asistente-utillero del león, pues estaba yo en plan becario,  empeñado en estudiar sus  movimientos. Corriendo me instalo en la pista de atletismo, y oigo que se anuncia por los micrófonos, que Roberto Bueno de Salamanca, estaba ya en el último Kilómetro. Y así fue, en poco más de tres minutos, apareció entrando en la pista como un gorila, más que un león entre la niebla y ni que decir tiene, que el sonriente Roberto se transforma en un serio león en cuanto huele el tartán, y mientras, yo corriendo de un lado para otro de la pista para intentar hacerle fotos, pero claro, cuando un león se mueve a esas velocidades se necesitan otras mañas para “cazarlo”. (segunda lección, para cazar al león hay que saber instalarse en el puesto de caza). Ni que decir tiene, que lo que el me describió como “un dejarse llevar en el último kilómetro” es circular por la pista a 3:10 Km


Entrada triunfal en meta, felicitaciones, y ante mi primera pregunta para intentar aprender el secreto de los campeones el león me dice “éste de atrás me ha dado guerra…”, debió referirse al segundo clasificado, al que por la distancia que le sacó aún debe estar entrando en meta. Recoge la mochila que le entrego llena de objetos, entre los que no figura ninguna pócima, y descubro uno de los pocos puntos débiles del león..es friolero, empieza a temblar como un pajarillo, comienza a ponerse ropa y después de colocarse una camiseta, otro encima, cortavientos, y el chandal modelo esquimal, me dice que aún tiene frío. (yo decía para mi, es completamente imposible que podamos encontrar en el mercado un chandal que abrigue más). Me explica los pormenores de la carrera y me dice que en el km 8 decidió poner fin al juego acelerando un poco (apunté la tercera lección en mi libreta, cuando el león dice que decide acelerar, quiere decir que se pone a 3 minutos “pelaos”, vamos tiempo que yo no hago ni con la bicicleta).

Me dirijo a la pista ya con el león, dónde Braulio hace su entrada en meta, demostrándonos que además de fotógrafo, mentor, cámara, pinchadiscos….etc, también corre, y mucho, y no sólo eso sino que esprinta, demostrando a sus paisanos de adopción su estado de forma. (que nadie se crea que Braulio ha dejado su profesión de fotógrafo, pues a los pocos segundos de acabar la prueba, ya estaba completando su reportaje, e hizo más fotos en ese tiempo, que yo en toda la jornada)
Para seguir con mi aprendizaje y ver si en algún momento me mostraba la pócima,  me informa el león que hay que seguir corriendo para estirar ¿después de la carrera hay que seguir corriendo?, éste león me va a matar. Pues nada allí estoy yo, estirando a su trote cochinero y jadeando y siguiendo su ritmo como podía. (cuarta lección, nunca trotes para enfriar con alguien capaz de hacer quince kilometros en menos de cincuenta minutos, porque su trote cochinero será tu ritmo de carrera).

Continué esperando pacientemente a qué el león en algún momento se derrumbara, y pudiera explicarme la pócima que esconde en sus piernas, el secreto que hace mover sus garras tan rápido. Entre tanto, subida al podium, aplausos, reportaje de Braulio, pero de la pócima, nada de nada.

Y hoy estoy aquí delante del ordenador intentando aún encontrar la pócima, aunque mi tiempo con el león en una nublada tarde de domingo, me dio una gran pista, y probablemente sea que el secreto de la pócima no exista. Igual cada uno tenemos nuestra pócima, o tendremos que seguir buscándola en este año 2014 y años venideros,a través de nuevos retos, carreras, viajes..en definitiva proyectos de vida. Tendremos que gastar zapatillas para intentar adelgazar un poco la crisis. Tendremos que seguir haciendo club,  pueblo, o comarca,o provincia,  que al fin y al cabo de eso se trata, y con la ayuda de las nuevas incorporaciones, y ya sea en la Sopelana, en Peña Negra o dónde estos locos nos convoquen, cada uno con sus tiempos, tendremos que seguir buscando la pócima.