Crónica de la I carrera popular del Cabildo, por Ricardo
Tras unas semanas cojeando las radiografías me detectan espolones calcáreos y el traumatólogo me dice que no fuerce.
He decidido dejar un tiempo de competir, pero me quiero despedir en Navales con un buen sabor de boca.
Linea de salida: cuento 7 rivales peligrosos, a 4 los conozco y les he ganado en otras carreras por 10-20 segundos, es decir que toca vigilarles. Hay un desconocido de rojo con buena pinta (siempre cuento que hay una sorpresa que me puede ganar). Luego un chico muy alto que corre 800 y que en las pistas me sacó 30 segundos la última vez que coincidimos (no puedo llegar con él al final porque me machaca) y por último Serafín, compañero de equipo y entrenamientos y que si llegamos juntos me gana por 5-10 segundos. Chungo y yo con dolores.
salida: sale el chico de 800 lanzado con unas zancadas de lince y un correr perfecto, le echo valor y me pego a él, detrás los otros seis a mi espalda. Comenzamos la subida de 4 kilómetros y llegamos a los 800 metros, justo la distancia límite del pistero y ahí ataco a muerte, la subida es fuerte y paso el 1000 en 3:10, oigo como el chico ahoga la respiración y veo de reojo a serafín un poco más atrás y al grupo de 5.
La subida: pienso: si espero a serafín el grupo me enlaza, lo mismo se recupera el ochocentista y yo ya he gastado un cartucho y no se cuando el pie empezará a doler. El chico intenta enlazar, no puedo permitirmelo, asi que demarro con todas mis fuerzas, me la he jugado, pero prefiero no mirar hacia atrás, si veo a alguien pagado a mi me hundo, hay que disimular que voy al limite. Km 2 en 6:30 y en subida.
La bajada: en el km 4 el pie empieza a doler, pero voy primero y eso da alas. En una curva veo que vienen dos muy cerca y no está serafín (algo le ha pasado sino estaría conmigo). Me recortan, yo en cada curva tengo que aflojar por el dolor y el de la bici me dice: les sacas 100 metros, no puedes aflojar porque van dos relevandose. Quedan 5 kms, y solo me queda una opción, alargar zancada en la bajada y controlar la respiración para no axfisiarme, debo sacar más ventaja y me tiro a tumba abierta jugándomela (si gano se lo dedicaré a mi padre -pienso-).
La llegada: en el 7 veo que de los dos perseguidores solo queda uno, ya se ve el pueblo y pienso: victorias como esta me quedan pocas y tengo que disfrutarla por si fuera la última, oigo los aplausos del público en contrameta: venga aprieta que le sacas poco. Ultimo km a tope, el segundo intenta pero ya no me coje.
Alzo los brazos, nadie sabe lo que he sufrido, por lo que es la victoria que más ilusión me ha hecho.
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