Carrera popular Vuelta a la Casa de Campo por Carlos “Toledano”
Amanecía una agradable mañana de domingo, y tras una larga noche de trabajo nos dirigíamos hacia la casa de campo, lugar donde por segundo año consecutivo realizaríamos esta prueba.
Ya desayunados, nos encontrábamos allí con Aramis, hermano Macoterano, con el que compartiríamos sensaciones, pues también acudía directamente desde el trabajo.
Charlábamos y hablábamos sobre los objetivos que llevaríamos cada uno en carrera, y a las 9.15h nos dirigíamos hacia la zona de salida, pues esta inicialmente era a las 9.30h, pero dirigiéndonos hacia la misma, nos comentaron había sido retrasada una hora por problemas con el ayuntamiento, por lo que acudimos nuevamente al coche a estirar las piernas un rato y echar una breve cabezada, que falta nos hacía.
Nos dirigíamos nuevamente hacia la zona de salida, donde a las 10.30h daba la salida la carrera, y colocados muy atrás comenzábamos a adelantar gente por los laterales del camino. Pasados 500m empezaban las primeras rampas, pues ya sabíamos era un circuito rompepiernas. Rodábamos tranquilos, pero íbamos adelantando mucha gente durante todo el recorrido.
Era un constante subir y bajar, que hacía que las piernas no se relajarán nunca. La temperatura era muy elevada, y se echó en falta un avituallamiento más, pues sólo hubo uno en la mitad del recorrido (km 8), asique bebimos y nos mojamos para ir más frescos hacia meta.
La segunda parte de la carrera parecía más favorable, aunque tenía también bastantes toboganes. Finalmente, llegábamos al lago de la casa de campo, y ya conociendo el circuito, sabíamos que nos quedaba muy poco, asique apretábamos un poco para llegar fuertes y sonreíamos para que el fotógrafo nos sacara lo más guapos posible. Finalmente un tiempo de 1h 13′ y 1h 27´ respectivamente, disfrutando mucho durante todo el recorrido.
Agradecer a los organizadores la realización de una prueba dura, pero muy bonita y con mucho encanto, y dar la enhorabuena a nuestro compañero de fatigas Aramis y todos los corredores que terminaron dicha prueba.
Finalmente, y ya cambiados de ropa, nos tomábamos unas cervezas en una de las agradables terrazas que allí se encuentran aprovechando el maravilloso día que hacía y disfrutando enormemente del entorno y compañía.
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